domingo, 1 de mayo de 2016

1755 El día que la torre de San Juan se separó de la iglesia

El 1 de noviembre de 1755 Marchena sintió los efectos del Terremoto de Lisboa y así lo cuentan los cronistas de la época.



“Estuvo también algo turbada la luz con una especia de Niebla que disipó el Norte, aunque no enteramente. A las 9 y media poco más, precediendo un rumor sordo, dio principio a temblar blandamente la tierra, lo que fue creciendo hasta una notabilísima violencia que subsistió de 7 a 8 minutos. Las ruinas en Iglesias, Conventos y Casas fueron graves: del Templo de San Juan Bautista se separó la torre, y con sus vaivenes golpeo ocasionó desunirse la Bóveda y abrirse dos de sus paredes maestras, varias claraboyas, y algunos Arcos. En la Parroquia de San María cayó el Capitel de la torre, y quedó esta próxima a derruirse; la de San Miguel se mandó derribar del mismo modo que la Parroquia de San Sebastián.


En el Convento de Capuchinos se corrió el tejado de la Iglesia, y hubo otros perjuicios, igualmente que en de San Agustín, y en el de Recoletos Franciscos; en el de los Observantes cayó la vivienda de los Coristas, con otras cinco celdas, se lastimó la Iglesia y hendieron algunas paredes; en el de San Domingo no faltaron estragos, singularmente en el Claustro y en la Capilla de nuestra Señora del Rosario, bien que en esta sin muerte ni herida alguna, no obstante lo expuestos que estuvieron el Religioso que celebraba la misa, y el concurso numeroso que asistía a ella. De las Casas será preciso apear muchas y componer otras. En los días siguientes se observaron varios fenómenos lucientes del Oeste al Sur, y se repitió el terremoto el 8 a la misma hora, aunque levemente”.
 
 

MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 707-708.

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