NOTICIAS DE LA HISTORIA
Se trata de la primera crónica de sucesos de la historia de Marchena, fue publicada en La Vanguardia 14 de septiembre de 1883, y tiene 130 años.
"Un despacho de Sevilla, fechado á las dos de esta tarde, da cuenta de un descarrilamiento ocurrido en Marchena. Han resultado nueve heridos, de los cuales uno se halla grave Los wagones descarrilados han quedado destrozados por completo, salvándose milagrosamente los pasajeros.
El tren descarrilado tiene el núm. 42 y procedía de Ecija. El siniestro ha ocurrido en el kilómetro 13. El referido alcalde de Marchena, apenas tuvo noticias del descarrilamiento, salió en un tren de socorro acompañado de algunos médicos". Toda la prensa de la época recogió esta primera crónica de seucesos relativa al municipio de Marchena.
Según recoge Oliver Tovar en su obra Despegue del transporte: el ferrocarril en Marchena (Sevilla) (1858-1940) un telegrama del alcalde de Marchena al gobernador de la
provincia, notificaba que:” en la mañana de ayer había ocurrido un siniestro en
las inmediaciones de Marchena. El tren descarriló sin que se conociese hasta
ahora la causa.
Resultaron heridos nueve viajeros. Uno de ellos de tal gravedad
que parecía ofrecer pocas esperanzas de vida. El siniestro debió de ser de
bastante importancia si se tiene en
cuenta el número de personas lesionadas en una línea donde el movimiento de viajeros
es bastante escaso.
Estos son los
pormenores donde se
detallaba ese sensible incidente”.
Un guardia civil que viajaba en el tren descarrilado trató
de avisar al maquinista para que advirtiera su imprudencia. El mismo aviso le
dieron varios trabajadores de la vía y por último, un guarda-aguja que hizo la
señal para anunciar que había peligro. En la parte oficial remitido por la
Guardia civil al gobernador se atribuye también la catástrofe a imprudencias
del maquinista. El juzgado instruyó las oportunas diligencias. El maquinista
fue apresado.
En el suceso resultaron heridos cuatro jóvenes; de la
familia del teniente alcalde; el farmacéutico de Marchena el Sr. Góngora; una
joven de 14 años, sobrina del vecino de Marchena D. Julián Rubio; el médico de
la armada Sr. Pérez y Lora, que iba con dirección a Cádiz; D. Manuel Mármol, de
Écija; don Celestino Montero, Director del colegio de enseñanza secundaria de
Écija; el vecino de Fuentes de Andalucía, Sr. Fernández Peñaranda; el interventor
del tren, y otro pasajero cuyo nombre se ignora. El estado de los heridos no
resultaba ser de gravedad. Parece que el más grave de todos los heridos fue la
sobrina del Sr. Rubio.
En el kilómetro 12 ,contaba el citado Guardia Civil Sr. Montero: “al borde
del arroyo Esparragal, sentimos un sacudimiento espantoso. Los hierros y las
cadenas se hicieron pedazos; las maderas crujían y se despedazaban;
el tren se
hacía añicos. Había
ocurrido como era
de esperar, un
descarrila miento; la máquina y las bateas quedaron sobre la vía. El
coche de primera que estaba desocupado y el de segunda, que transportaba 17
viajeros, resultaron hechos astillas. El coche de tercera y el furgón de cola
permanecieron sobre la alcantarilla, inclinados hacía el arroyo, en la forma
que se ñalaba el grabado.
Casi todos los viajeros del coche de segunda clase quedaron
envueltos en los restos de los dos coches. Resultaron varios heridos de
gravedad. Singularmente una señorita de Marchena, sobrina de
D. Julián Rubio,
presentaba heridas calificadas
de muy graves
por los facultativos
que después la reconocieron.
En las horas de angustia que siguieron al siniestro hasta
que llegó el tren de socorro, hubo en aquel lugar de desolación un hombre
animoso que prestó eficaz auxilio; a cuyo trabajo, intrepidez y actividad
incomparables se debió que no pereciesen asfixiados bajo los escombros los
viajeros del coche
de segunda. Aquel hombre
fue el guardia
civil Antonio Rodríguez Ramos,
digno de merecida recompensa. Indudablemente
contribuyó en gran parte al siniestro el mal estado de la vía.
En el sitio del descarrilamiento
estaban las traviesas
tronchadas en la
línea de los rails
además de encontrarse podridas.
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